Vestirse a capas se ha convertido en mi mejor aliado para los días fríos y cambiantes. Ya sea para enfrentar el invierno más crudo o los días impredecibles de entretiempo, el arte de combinar varias prendas me permite mantenerme cómoda y con estilo. En este post, te contaré cómo puedes dominar esta técnica desde mi experiencia personal, con consejos prácticos y ejemplos que uso a diario.
Qué significa vestirse a capas y por qué es un must
Vestirse a capas, o el famoso «layering», no es solo una tendencia; es una solución perfecta para adaptarte a los cambios de temperatura. Básicamente, consiste en superponer prendas estratégicamente para mantenerte abrigada y permitir ajustes durante el día.
La clave del layering es su versatilidad. Puedes agregar y quitar capas según lo necesites, lo que lo convierte en un sistema flexible, ideal tanto para los días más fríos como para esos momentos en los que el calor se apodera de la tarde.
Cómo construir un look en capas en 3 pasos
1. La capa base: comodidad ante todo
La clave de esta primera capa es elegir tejidos que sean transpirables y ajustados al cuerpo, pero no opresivos. En invierno, me encantan las camisetas térmicas o tops de algodón con algo de elastano. Si es entretiempo, un body o una camiseta de manga larga básica funciona a la perfección.
Consejo personal: Prefiero las prendas en colores neutros (blanco, beige, negro) porque son fáciles de combinar con las capas superiores. Esta base, aunque simple, asegura que todo lo demás se ajuste perfectamente.
2. La capa intermedia: el equilibrio perfecto
Aquí es donde ocurre la magia. La idea es agregar una prenda que aporte calidez, como un jersey de lana o un cardigan oversize, sin perder la movilidad. Cuando busco un toque más sofisticado, opto por un chaleco de punto o incluso una camisa de franela.
Tip de estilo: Para un look casual pero chic, suelo usar sudaderas ligeras con capucha. ¡Le dan un aire relajado pero abrigado a cualquier outfit!
La magia de las prendas de punto en tus looks en capas
Las prendas de punto son un must cuando se trata de vestirse en capas. Son versátiles, cómodas y, lo mejor de todo, mantienen el calor sin agregar volumen innecesario. Ya sea un suéter de lana grueso, un chaleco de punto o una bufanda tricotada, estas prendas añaden textura y calidez a tus outfits.
Personalmente, siempre recurdo a los suéteres de punto para mis looks más relajados. Son fáciles de combinar, no son tan pesados y, si el clima lo permite, puedes optar por uno más ligero que te deje libertad de movimiento. También, las prendas de punto no solo te mantienen abrigada, sino que le dan un toque muy chic y acogedor a cualquier look.
3. La capa exterior: funcional y estilosa
Esta capa es la encargada de protegerte del frío, el viento y la lluvia. Mis favoritos son los abrigos largos, las parkas acolchadas y las gabardinas impermeables. Si quiero un look más informal, una cazadora vaquera con borrego nunca falla.
Mi recomendación: Si buscas un aire más elegante, prueba con un abrigo camel. Es un básico atemporal que eleva cualquier conjunto. Además, los abrigos de lana o los trenchs de corte largo son perfectos para mantener el calor sin perder el estilo.

Looks con capas para cada ocasión
Una de las ventajas del layering es que puedes adaptarlo a cualquier situación. Aquí te dejo algunas combinaciones que me han funcionado de maravilla:
1. Para el día a día
Cuando quiero un look cómodo para salir a hacer mandados o ir al trabajo, suelo combinar una camiseta básica con un suéter de punto y mi abrigo favorito. Si hace mucho frío, añado una bufanda gruesa y botas altas. Este look es práctico y cómodo, pero sin perder la esencia de un outfit estiloso.
2. Para una salida casual pero chic
Si voy a un café con amigos o a una cita casual, me gusta ponerme una camisa de franela sobre un suéter fino de lana. Con un chaleco de punto encima, logro un estilo relajado pero abrigado. Para completar, unos botines de tacón bajo y una bufanda de punto completan el look.
3. Para las noches frías
Cuando cae la noche y la temperatura desciende, la clave es una capa exterior pesada, como un abrigo de lana grueso. Lo suelo combinar con un suéter de cuello alto y unos jeans de talle alto. También me gusta añadir accesorios como un gorro de lana y unos guantes de cuero.
Consejos adicionales
- Elige tejidos que respiren: Para no sentirte incómoda, es importante que las prendas en contacto con tu piel sean transpirables. El algodón, la lana merino y los tejidos sintéticos con tecnología de regulación térmica son opciones excelentes.
- Piensa en la armonía de colores: Si bien me encanta experimentar con texturas, los colores también juegan un papel importante. Opta por tonos neutros o combinaciones que se complementen bien entre sí para evitar que tu look se vea sobrecargado.
- No olvides los accesorios: Además de las prendas, los accesorios como bufandas, gorros y guantes pueden ser la clave para completar un look a capas. A mí me encanta añadir un toque de color con ellos.